REANIMACION NEONATAL Y NEONATOLOGIA

La transición de la circulación fetal a la neonatal se caracteriza por cambios de los sistemas respiratorio y
cardiovascular en el momento del nacimiento. Durante esta transición los pulmones llenos de líquido en la
vida fetal, se tienen que llenar de aire, incrementando la oxigenación y asumiendo su función ventilatoria
que antes del nacimiento cumplía la placenta. Los vasos pulmonares se dilatan permitiendo un
considerable incremento del flujo sanguíneo a los pulmones. La sangre que previamente se desviaba por
el conducto arterioso fluye a través de los pulmones donde toma oxígeno para transportar a los tejidos.
Pronto no hay necesidad del conducto y éste eventualmente se cierra.



APNEA PRIMARIA
Cuando un feto o un recién
nacido sufre privación de
oxígeno, ocurre un periodo
inicial de respiraciones rápidas.
Si la hipoxia continúa cesan los
movimientos respiratorios, la
frecuencia cardiaca comienza a
disminuir y el niño ingresa en un
periodo de apnea.
             
Si la hipoxia continúa, se desarrollan respiraciones profundas (boqueos), la frecuencia cardiaca continúa
disminuyendo y la presión sanguínea comienza a caer. Las respiraciones se hacen más débiles hasta que
el niño presenta un último boqueo y entra en apnea secundaria que no responde a la estimulación táctil y
por lo tanto debe iniciarse rápidamente ventilación con presión positiva.
Es muy importante recalcar que el niño con apnea secundaria, cuanto más demore en comenzar la
ventilación, más tiempo tardará en desarrollar respiraciones espontáneas y mayor será el riesgo de que
ocurra daño cerebral.
Si pudiéramos identificar qué niños están en apnea primaria y cuáles en apnea secundaria sería fácil
diferenciar a aquellos que necesitarán solamente estimulación y exposición al oxígeno de los que
requerirán ventilación con presión positiva. Sin embargo, no podemos distinguir clínicamente con facilidad
las apneas primarias de las secundarias en el momento del nacimiento. Así, las apneas al nacer deberían
tratarse como secundarias y la reanimación debe ser iniciada inmediatamente.

os recién nacidos que no requieren reanimación se identifican por las siguientes características: edad
gestacional de término, líquido amniótico libre de meconio e infección, adecuado esfuerzo respiratorio y
buen tono muscular al nacer. Si todas estas características están presentes, entonces el recién nacido
podrá ser secado, colocado sobre el pecho de su madre y ser observado vigilando esfuerzo respiratorio,
actividad y coloración.
En contraste, si el recién nacido no cumple con alguna de estas características entonces debe recibir una
o más de las siguientes acciones en secuencia:
A. Pasos iniciales:
• Evitar la pérdida de calor colocando al recién nacido bajo una fuente de calor radiante.
• Posicionar con ligera extensión del cuello.
• Aspirar secreciones, primero la boca y posteriormente narinas.
• Secar la piel con un campo previamente calentado y retirar el campo húmedo.
• Estimulación táctil (si fuera necesario).
• Reposicionar y administrar oxígeno a flujo libre.

B. Ventilación con presión positiva.
C. Compresiones torácicas externas.
D. Administración de epinefrina o expansor de volumen.
La decisión de progresar de los pasos “A” al “D” está determinada por la evaluación de tres signos:
esfuerzo respiratorio, frecuencia cardiaca y coloración

VENTILACIÓN CON PRESIÓN POSITIVA
La ventilación constituye el paso más importante y más efectivo en la reanimación cardiopulmonar de un
recién nacido comprometido.
USO DE OXÍGENO DURANTE LA REANIMACIÓN
Actualmente no existe evidencia suficiente para especificar la concentración de oxígeno que debe usarse
al iniciar la reanimación neonatal. La recomendación actual es utilizar oxígeno a 100% cuando un recién
nacido a término está cianótico y si se requiere ventilación con presión positiva.
Si la reanimación inició con una FiO
apreciar mejoría en los próximos 90 s.
Si no se cuenta con oxígeno suplementario, se puede utilizar oxígeno ambiental para ventilar con presión
positiva.
Un caso particular es el recién nacido pretérmino (menor de 32 semanas de gestación) pues la
recomendación actual para reducir el daño tisular por oxigenación excesiva es:

• Utilizar un mezclador de oxígeno y oxímetro de pulso durante la reanimación.
• Iniciar la ventilación con presión positiva con una FiO2 entre 21 a 100%.
• Ajustar la concentración de oxígeno hasta mantener una saturación mayor a 90% y disminuirla si la
saturación es mayor de 95%.
• Si la frecuencia cardiaca no aumenta rápidamente a más de 100 latidos por minuto, corregir cualquier
problema de ventilación y utilizar oxígeno a 100%.
PRESIÓN POSITIVA INTERMITENTE
Siempre se debe solicitar asistencia cuando está indicada la ventilación con
presión positiva. Las indicaciones para ventilar con presión positiva son:
• Apnea.
• Pobre esfuerzo respiratorio.
• Frecuencia cardiaca menor a 100 latidos por minuto.

• Cianosis central persistente aun con oxígeno a flujo libre.
Se puede realizar la ventilación con diferentes dispositivos: bolsa autoinflable,
bolsa inflada por flujo o con un dispositivo en T diseñado para controlar el flujo y
limitar la presión. Las mascarillas faciales deben ser transparentes, estériles,
anatómicas y de borde almohadillado y que cubran barbilla, boca y nariz, pero no los ojos.
Cada ciclo de ventilación con presión positiva debe durar 30 seg con una frecuencia de 40 a 60
ventilaciones por minuto.
Después de iniciar la ventilación se debe preguntar al asistente la frecuencia cardiaca y ruidos
respiratorios como indicadores de una ventilación efectiva. La frecuencia cardiaca es revisada primero y si
no mejora, se deben observar los movimientos ventilatorios y preguntar por los ruidos respiratorios.
Suspenda la ventilación al obtener una frecuencia cardiaca mayor o igual a 100 latidos por minuto.

INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL
La intubación endotraqueal puede
estar indicada en diversas
circunstancias durante la
reanimación neonatal como:
• Aspiración traqueal directa de
meconio.
• Ventilación con bolsa-mascarilla
no efectiva o prolongada.
• Durante las compresiones
torácicas externas.
• Administración de medicamentos
intratraqueales.
• Circunstancias especiales como
hernia diafragmática y muy bajo
peso al nacimiento.

COMPRESIONES TORÁCICAS EXTERNAS
Están indicadas cuando la frecuencia cardiaca es menor de 60 latidos por
minuto posterior a 30 s de ventilación con presión positiva, se deben dar con
una profundidad equivalente a un tercio del diámetro anteroposterior del tórax.
Se describen dos técnicas: con dos dedos y soporte dorsal y con los pulgares
rodeando con ambas manos el tórax del recién nacido (ésta es preferible). Se
deben realizar en sincronía con las ventilaciones en una relación de tres
compresiones por una ventilación, con un promedio de 120 eventos en 1 min
(90 compresiones y 30 ventilaciones). Hay que evaluar cada 30 s el esfuerzo
respiratorio, la frecuencia cardiaca y la coloración y suspender hasta obtener
una frecuencia cardiaca mayor o igual a 60 latidos por minuto.

MEDICAMENTOS Y EXPANSORES DE VOLUMEN
EPINEFRINA
La recomendación actual es administrar epinefrina si la frecuencia cardiaca es menor a 60 latidos por
minuto a pesar de 30 s de ventilación con presión positiva más compresiones torácicas externas por vía
intravenosa y si el acceso vascular se demora entonces se debe considerar la vía endotraqueal utilizando
hasta 10 veces la dosis intravenosa. Sin embargo, no se ha estudiado la seguridad de estas dosis altas
endotraqueales. No administre dosis altas de epinefrina por vía intravenosa.
Dosis intravenosa: 0.1 a 0.3 mL/kg a una concentración 1:10 000 (9 mL de solución fisiológica y 1 mL de
epinefrina al 1:1 000 [1mg/1 mL]) (0.01-0.03 mg/kg). Se prepara 1 mL.
Dosis endotraqueal: 0.3 a 1.0 mL/kg a una concentración 1:10 000, (0.1 mg/kg). Se preparan 3 mL.

EXPANSORES DE VOLUMEN
Los cristaloides isotónicos son tan efectivos como la albúmina para el manejo de la hipotensión,
considerando el costo y los riesgos teóricos, una solución isotónica se prefiere en vez de albúmina como
expansor de volumen durante la reanimación neonatal a una dosis de 10 mL por cada kilo de peso en un
tiempo no menor a 5 min.

VALORACIÓN DEL RECIÉN NACIDO
En fisiología humana, los cambios bruscos en el entorno que nos rodea provocan situaciones de
desequilibrio en una o varias constantes vitales (temperatura, frecuencias respiratoria y cardiaca y presión
arterial), obligando a la homeostasis del organismo a igualar estos desequilibrios con el medio externo, de
forma que estos gradientes siguen esta regla básica, a menor diferencia de cambios más rápida se hará la
adaptación homeostática.
Hemos de considerar que la superficie corporal de un recién nacido es cuatro veces mayor que la de un
adulto, por lo que las ganancias y pérdidas respecto a homeostasis físicas son más rápidas. Las
diferencias de gradiente entre las constantes vitales y el medio externo son proporcionales a los cambios
homeostáticos que debe realizar el organismo para intentar equilibrar su estado. El nacimiento es el
momento más crítico que tiene la persona, ya que es cuando existen cambios bruscos respecto a la
homeostasis, pasan de estar de:
• Temperatura corporal a temperatura ambiente
• Presión uterina a presión atmosférica
• Medio ambiente líquido a medio ambiente aire
• Respirar por medio del cordón umbilical a respirar por sus pulmones.

El recién nacido se va adaptando poco a poco al medio que termina de conocer, en primer lugar lo hace a
ese ejercicio nuevo de respirar, ajustándose a las nuevas condiciones ambientales de temperatura, luz y
su recién estrenada circulación.
Los recién nacidos, pueden clasificarse según su edad gestacional en pretérmino (edad gestacional < 37
semanas), a término (edad gestacional entre 38 y 41 semanas) y postérmino (edad gestacional > 42
semanas). Los nacidos pretérmino, se clasifican en prematuros. A menor edad gestacional el recién
nacido tiene más dificultad para adaptarse a las nuevas condiciones de vida, debido fundamentalmente a
la inmadurez de sus órganos. Si relacionamos la edad gestacional (semanas) con el peso en gramos y el
grado de madurez orgánica


Valoración de Apgar
Signo 0 1 2
Frecuencia cardiaca Ausente < 100 lpm > 100 lpm
Esfuerzo respiratorio Ausente Irregular, lento Llanto vigoroso
Tono muscular flácido Extremidades algo
flexionadas
Movimientos
activos
Respuesta a estímulos
(paso de sonda) Sin respuesta Muecas Llanto
Coloración Cianosis o palidez Acrocianosis, tronco
rosado Rosáceo









2 menor a 100%, se debe incrementar a 100% sólo en caso de no
APNEA SECUNDARIA